Manifiesto de renuncia de Alfonso XIII
Las
elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo el amor de
mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque
procuraré siempre servir a España, puesto al único afán en el interés público
hasta en las más críticas coyunturas. Un Rey puede equivocarse y sin duda erré
yo alguna vez, pero sé bien que nuestra Patria se mostró siempre generosa ante
las culpas sin malicia. Soy el Rey de todos los españoles y también un español.
Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas en eficaz forcejeo
contra los que las combaten; pero resueltamente quiero apartarme de cuanto sea
lanzar a un compatriota contra otro, en fratricida guerra civil.
No renuncio
a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósitos acumulados por la
Historia de cuya custodia me han de pedir un día cuenta rigurosa. Espero
conocer la auténtica expresión de la conciencia colectiva. Mientras habla la nación
suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real reconociéndola como única
señora de sus destinos.
También
quiero cumplir ahora el deber que me dicta el amor a la Patria. Pido a Dios que
también como yo lo sientan y lo cumplan todos los españoles. Alfonso. Rey.
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