Autores: Xurxo González González nº 7, Iván García Cerqueda nº 6
1.-
Niceto Alcalá-Zamora y su relación con la iglesia. El anticlericalismo durante
la Segunda República. La revista ¡El Straperlo!
Observamos una portada de la conocida revista
republicana, izquierdista y anticlerical llamada “¡El Straperlo!”.Nombre que lo
dice todo, esta revista se deja de rodeos. Se trata de su número 7, el caso
Estraperlo fue sacado a la luz durante el gobierno de Lerroux, por lo que esta
portada debe de estar fechada más tarde de septiembre de 1935, fecha en la que
Lerroux dimite ante el destape de este escándalo.
Este magacín critica satíricamente a Niceto, hombre que se declaró públicamente
católico. En este libro, Historia de la Iglesia en España:1931-1939 ,
de Gonzalo Redondo,
encontramos frases de Alcalá en las que vemos su postura ante la Iglesia:
“Escribo este libro para el español sereno, desapasionado, de posición centro
para el que la separación de la Iglesia y del Estado no significa la quema de
conventos”; ”La enseñanza ha de ser evidentemente religiosa y el símbolo de la
Cruz debe presidir las escuelas públicas para inculcar la moral cristiana, a la
par que el patriotismo, en las nuevas generaciones, tarea que incumbe a los
párrocos, a los que el Estado debe ayudar y proteger”.
¡El
Straperlo! hace una caricatura, nos muestra a Niceto arrodillado ante un fraile
mientras le va a besar la mano; el presidente de la República está vestido con
harapos, sus ropas están repletas de remiendos, igual que sus zapatos, que
están destrozados. Aunque de su espalda cuelgan unas botas que parecen estar en
perfecto estado, la revista le coloca esas botas porque a Alcalá se le llamaba
peyorativamente “El Botas”; además el medio se mofa aún más de él
representándole como un mendigo, arrodillado ante el clero. La revista nos
muestra este estamento como una piara de cerdos al dibujar a algunos miembros
del clero con orejas de cerdo, al igual que con una nariz muy similar a estos
animales; la revista además los representa con caras hambrientas, dientes
afilados, depredadores; al “fray Sandunga” se le está cayendo la baba mientras
bendice a Niceto Alcalá Zamora, también a sus compañeros de detrás los
representa con una mirada pícara y avariciosa, tienen sed de dinero. La revista
también critica la Iglesia poniéndole al “fray Sanduga” una ristra de chorizos
y colgando de ella una bota de vino.
¡El
Straperlo! está haciendo en todo momento una sátira del clero y de Alcalá;
muestra en todo momento su postura en contra del gobierno de Niceto, pero, ¿por
qué?, como ya habíamos dicho antes esta revista era anticlerical, y Alcalá,
presidente de la República desde abril de 1931 hasta abril de 1936 (al ser
echado de la presidencia por parte del PSOE al haber disuelto dos veces las
Cortes) se declaró públicamente católico. Además de declararse y de sus
testimonios en el anterior libro nombrado, en octubre de 1931 Alcalá dimitió al
no estar de acuerdo con las medidas anticlericales tomadas por el gobierno
provisional, en concreto con la redacción de los Artículos 24 y 26 de la nueva
Constitución que separaban a la iglesia y el estado; aunque el 10 de diciembre
de 1931 Alcalá volvió a su mandato. Otro dato es que Niceto tardó mucho en
firmar la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas, no la firmó hasta el
2 de junio de 1933, último día válido para ello, esta ley estaba en relación
con el artículo 26; también tuvo bastante tranquilidad a la hora de firmar la
Ley del Tribunal de Garantías Constitucionales (ley antecedente a la creación
del actual Tribunal Constitucional). Tampoco estaba de acuerdo con otras
medidas anticlericales de la Constitución de 1931, como la de libertad de
culto, la expulsión de la Compañía de Jesús, la imposición de cementerios y
matrimonios civiles, al igual que la legalización del divorcio y la prohibición
de enseñanza por parte de la iglesia. Otro dato muy importante es que la
revista era totalmente de izquierdas, mientras que Niceto era el presidente de
la Derecha Liberal Republicana, un partido político liberal conservador,
mientras que esta revista era totalmente radical.
2.- La violencia terrorista
de los días previos a la Guerra Civil. El diario Claridad.
La Guerra Civil Española
estalló el día 18 de Julio de 1936, pues así se estableció el golpe por parte
de los nacionalistas para acabar con La Segunda República en España.
En este periodo, España está bajo un gobierno de ideas de izquierdas, El Frente
Popular, compuesto los partidos: Unión Republicana (liderado por Diego Martínez
Barrio) e Izquierda Republicana (liderado por Manuel Azaña). El documento
adjunto pertenece a una noticia publicada en un periódico de la época, El
Diario Claridad, en el cual se informa de la petición del proletariado al
Frente Popular de medidas más rápidas y eficaces para detener el fascismo en el
país, ya que se estaba viviendo una situación de violencia por parte del
fascismo, como eran los atentados del partido de La Falange (liderado por el
creador del mismo, José Antonio Primo de Rivera, hijo de Miguel Primo de
Rivera).
Pero el asesinato, por parte de los fascistas más sonado, fue el del
teniente José Castillo Sáenz de la Tejada, el cual también publica este
periódico. Él era simpatizante socialista, e instructor militar de izquierdas,
pues ingresó en la Guardia de Asalto en 1936, con el gobierno del Frente
Popular. El asesinato tuvo lugar el 12 de Julio de 1936, a manos de cuatro
fascistas armados. Algunas fuentes informan que eran carlistas, otros,
falangistas. Había rumores de que esto estaba planificado, pero el teniente
Castillo, tras asistir a los toros, decidió incorporarse sobre las diez de la
noche a su puesto, pero antes de llegar, cuatro pistoleros acabaron con su
vida, en la esquina de la calle Augusto Figueroa con Fuencarral, sin darle
tiempo a defenderse.
Como venganza, los compañeros de ideología del teniente Castillo
buscaron a José María Gil Robles (líder de la CEDA) para asesinarle, pero no le
encuentran, por lo que buscan a José Calvo Sotelo (líder de Renovación
Española) al que de llevan unos policías para una presunta declaración sobre el
asesinato del teniente Castillo, para finalmente matarlo, el 13 de Julio de
1936.
3.- El derecho femenino al
voto. Polémica. Campesinas votando en las elecciones de noviembre de 1933.
Esta fotografía, tomada en noviembre de 1933, muestra las primeras
elecciones a las cuales las mujeres pudieron presentarse tras ser aprobado su
derecho de sufragio en la Constitución de 1931.
Mujeres como Dolors Monserdà, Teresa Claramunt, María de Echarri comenzaron a
defender la igualdad femenina, y es a partir de los años 20 cuando el
movimiento feminista empieza a tener mayor importancia, creándose diversas
asociaciones como la Cruzada de Mujeres Españolas o la ANME, en la cual se
encontraban Clara Campoamor y Victoria Kent, para defender sus derechos,
especialmente al voto, dado que los anteriores movimientos feministas luchaban
por derechos mayormente de carácter social.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera hubo un primer intento de reconocer el
derecho de sufragio femenino, pero finalmente no pudo llevarse a cabo.
Fue en la Constitución de 1931 donde se recogió su derecho al voto debido al
cambio, llevado a cabo por los políticos de la Segunda República, de las leyes
discriminatorias existentes. Anteriormente en las elecciones a Cortes
Constituyentes del 28 de junio únicamente se reconocía el derecho de sufragio
femenino pasivo, es decir, podían presentarse como candidatas, pero aún no
podían votar en las elecciones.
Sólo tres mujeres resultaron elegidas (Margarita Nelken, Clara Campoamor y
Victoria Kent). El 30 de septiembre comenzó el debate sobre el derecho de
sufragio femenino, partidos como el Partido Radical y Acción Republicana, y en
concreto algunos de los diputados como Victoria Kent estuvieron en contra
puesto que la mujer estaba fuertemente influida por los ideales de la iglesia y
su voto sería a favor del ala conservador, por lo que sugirieron aplazar esta cuestión.
Sin embargo otros, como Clara Campoamor cuyas opiniones fueron recogidas en su
libro Mi pecado mortal. El voto femenino y yo, se mantuvieron a favor.
Finalmente sometida a votación la propuesta quedó aprobada por 161 votos contra
121. Por tanto la primera vez que pudieron ejercer ese derecho fue en las
elecciones generales de noviembre de 1933. Como consecuencia de su aprobación,
este derecho contribuyó en parte a que ganaran las elecciones la derecha.
En definitiva la Constitución de 1931 supuso un enorme avance en la lucha por
los derechos de la mujer, puesto que también todo lo relacionado a la igualdad
en el plano familiar fue legalizado.
Fuentes: