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viernes, 21 de marzo de 2014

Segunda convocatoria electoral: 19 de Noviembre de 1933



El gobierno de Manuel Azaña tuvo que hacer frente a la oposición de monárquicos, unidos bajo Acción Española en la línea de la extrema derecha francesa, y anarquistas. Pero las mayores dificultades que acabarían con él provenían de sectores menos violentos pero más efectivos: de la derecha parlamentaria, dirigida por José María Gil Robles y del propio bando republicano disconforme con la actuación del gobierno. En 1932, las protestas se hicieron más violentas y entre 1932 y 1933 nacieron dos partidos conservadores, la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y Renovación Española.

En 1933 las diferentes consultas realizadas daban como resultado una ventaja considerable a la oposición, y Azaña tuvo que rendirse a la evidencia: la coalición republicano-socialista había perdido el apoyo del pueblo. Entonces se forma un gobierno exclusivamente republicano, presidido por Alejandro Lerroux, que no tardó en ser derribado. Fue Diego Martínez Barrio, también del Partido Radical, el encargado de presidir un nuevo gobierno destinado a convocar nuevas elecciones para noviembre de 1933.

La consulta electoral se desarrolló con gran entusiasmo por parte de la oposición. La Ley Electoral vigente favorecía las alianzas, cosa que tuvieron muy en cuenta las derechas, que elaboraron programas comunes. Sin embargo, la izquierda no optó por la misma táctica: los anarquistas se abstuvieron y no hubo una colaboración significativa entre socialistas y republicanos de izquierda. Los dos grandes triunfadores de las elecciones fueron Alejandro Lerroux (Partido Radical) y Gil Robles (CEDA).

El Partido Radical no obstante carecía de un plan político efectivo y consideraba el poder como un fin en sí mismo; y la CEDA agrupaba a personas sólo unidas en la defensa del catolicismo, lo que explica las dificultades de los dirigentes ante las tensiones entre los diversos sectores del partido. A pesar de ello, se mantenía la unidad debido a la personalidad de su líder, Gil Robles. De este modo, en el mapa electoral de estas segundas elecciones, al contrario que las primeras, se observa una clara y rotunda victoria de las derechas en toda la península incluidas las islas Baleares y Canarias, a excepción de Huelva y Gerona, y algunas zonas parciales de Madrid, Barcelona (la gran parte), La Coruña y Málaga.

Las medidas propuestas por el gobierno presidido por Alejandro Lerroux fueron oportunistas más que reaccionarias, optando por medidas revisionistas del período anterior, lo que le valió duras críticas tanto de la CEDA como desde el interior del Partido Radical. Así, este segundo bienio Derechista Radical-Cedista (1933-1935/36) sería calificado como el “bienio negro”.
 

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