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El frente popular motivando
el apoyo popular y obrero.
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También se revisarán las
normas de disciplina de los funcionarios, estableciendo sanciones graves para
toda negligencia o abuso en favor de intereses políticos o en daño del Tesoro
público.
-Los republicanos no aceptan
el principio de la nacionalización de la tierra y su entrega a los campesinos,
solicitado por los delegados del partido socialista. En cambio, consideran
conveniente una serie de medidas que se proponen la redención del campesino y del
cultivador medio y pequeño, no sólo por ser obra de justicia, sino porque
constituye la base más firme de reconstrucción económica nacional.
Para la reforma de la
propiedad de la tierra, dictarán nueva Ley de Arrendamientos. Estimularán las
formas de cooperación y fomentarán las explotaciones colectivas. Llevarán a
cabo una política de asentamientos de familias campesinas, dotándolas de los
auxilios técnicos y financieros precisos. Dictarán normas para el rescate de
bienes comunales. Derogarán la ley que acordó la devolución y el pago de las
fincas de la nobleza.
Nuestra industria no se
podrá levantar de la depresión en que se encuentra si no se procede a ordenar
todo el complejo sistema de protecciones que el Estado dispensa, según criterio
estricto de coordinada subordinación al interés general de la economía.
En consecuencia, procederá
un sistema de leyes que fije las bases de la protección a la industria,
comprendiendo las arancelarias, exenciones fiscales, métodos de coordinación,
regulación de mercados y demás medios de auxilio que el Estado dispense en
interés de la producción nacional, promoviendo el saneamiento financiero de las
industrias, a fin de aligerar cargas de especulación que, gravando su
rentabilidad, entorpece su desenvolvimiento.
-Los republicanos consideran
la obra pública no sólo como modo de realizar los servicios habituales del
Estado o como mero método circunstancial e imperfecto de atender al paro, sino
como medio potente para encauzar el ahorro hacia las más poderosas fuentes de
riqueza y progreso, desatendidas por la iniciativa de los empresarios.
Se llevarán a cabo grandes
planes de construcciones de viviendas urbanas y rurales, servicios cooperativos
y comunales, puertos, vías de comunicación, obras de riego o implantación de
regadío y transformación de terreno.
Para llevarlas a cabo se
procederá a una ordenación legislativa y administrativa que garantice la
utilidad de la obra, su buena administración y la contribución a la misma de
los intereses privados directamente favorecidos. Los republicanos no aceptan el
subsidio de paro solicitado por la representación obrera. Entienden que las
medidas de política agraria, las que se han de llevar a cabo el ramo de la
industria, las obras públicas y, en suma, todo el plan de reconstrucción
nacional, han de cumplir, no sólo su finalidad propia, sino también he]
cometido esencial de absorber e] paro.
-La Hacienda y la Banca
tienen que estar al servicio del empeño de reconstrucción nacional, desconocer
que fuerzas tan sutiles como las del crédito no se pueden forzar por métodos de
coacción, ni estimular de fuera el campo seguro de aplicaciones provechosas y
empleo remunerado.
No aceptan los partidos
republicanos las medidas de nacionalización de la Banca propuestas por los
partidos obreros; reconocen, sin embargo, que nuestro sistema bancario requiere
ciertos perfeccionamientos si ha de cumplir la misión que le está encomendada
en la reconstrucción económica de España. Como mera enumeración ejemplar,
señalamos las siguientes medidas:
Dirigir el Banco de España
de modo que cumpla su función de regular el crédito conforme exija el interés
de nuestra economía, perdiendo su carácter de concurrente de los Bancos y
liquidando sus inmovilizaciones.
Someter la Banca privada a
reglas de ordenación que favorezcan su liquidez. Mejorar el funcionamiento de
las Cajas de Ahorro para que cumplan su papel en la creación de capitales.
Respecto a la Hacienda, se comprometen a llevar a cabo una reforma fiscal
dirigida a la mayor flexibilidad de los tributos y a la más equitativa
distribución de las cargas públicas, evitando el empleo abusivo del crédito
público en finalidades de consumo.
-La República que conciben
los partidos republicanos no es una República dirigida por motivos sociales o
económicos de clases, sino un régimen de libertad democrática impulsado por
motivos de interés público y progreso social. Pero precisamente por esa
decidida razón, la política republicana tiene el deber de elevar las condiciones
morales y materiales de los trabajadores hasta el límite máximo que permita el
interés general de la producción, sin reparar, fuera de este tope, en cuantos
sacrificios hayan de imponerse a todos los privilegios sociales y económicos.
No aceptan los partidos republicanos el control obrero solicitado por la
representación del partido socialista. Convienen en:
·Restablecer la legislación
social en la pureza de sus principios.
·Reorganizar la jurisdicción
de trabajo en condiciones de independencia.
·Rectificar el proceso de
derrumbamiento de los salarios del campo, verdaderos salarios de hambre,
fijando salarios mínimos.