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lunes, 21 de abril de 2014

¿SIGNIFICABA LA REPÚBLICA LO MISMO PARA TODOS?



En sus inicios la república se encaminaba hacia un frente común antimonárquico, pero más tarde la república se interiorizó de diversas formas, claro está, sin contar sus detractores.
Para unos la república era entendida como un instrumento de revolución social, los socialistas más radicales coinciden en que la proclamación de la II República permitiría llevar a cabo las transformaciones democráticas que en Inglaterra o Francia se habían realizado a través de las revoluciones burguesas del siglo XVII y XVIII: la reforma agraria con la destrucción de la propiedad feudal, y la creación de una clase de pequeños propietarios agrícolas; la separación de la Iglesia y el Estado, estableciendo el carácter laico y aconfesional de la República, terminando con el poder económico e ideológico del clero; el desarrollo de un capitalismo avanzado que pudiese competir en el mercado mundial, creando un tejido industrial diversificado y una red de transportes moderna; la resolución de la cuestión nacional, concediendo la autonomía necesaria a Catalunya, Euskadi y Galicia, e integrando al nacionalismo en la tarea de la construcción del Estado; la creación de un cuerpo jurídico que velara por las libertades de reunión, expresión y organización, sin las cuales era imposible dar al régimen su apariencia democrática. En definitiva el programa clásico de la revolución democrático-burguesa.
Más tarde la derecha llego al poder con expectativas diferentes de estabilidad social. Para esto llevaron a cabo medidas de rectificación del gobierno republicano anterior que fueron entendidas por ellos como contrarias a la república: se frenó la reforma agraria, situaron en puestos clave del ejército a militares antirrepublicanos, se opusieron a los proyectos autonómicos, se aprobó un presupuesto de culto y clero y se inició negociaciones con la Santa Sede para firmar un concordato.
Manifestación de parados anarcosindicalista en el Alto Aragón
En la práctica política, para dar cauce a tan diversos horizontes y hacerlos compatibles se abrió un debate sobre el contenido, alcance y ritmo de las reformas que fueron generando disensiones y engrosando las filas de los que se oponían al régimen. Este conflicto de intereses sociales alrededor de grandes asuntos como la propiedad agraria, la cuestión religiosa, la reforma educativa y la organización del territorio hizo aflorar tensiones fruto de estas expectativas contrapuestas.

Autores:
-         Javier Salgado        nº15
-         Ignacio Rodríguez   nº13

  
Fuentes:
“Autonomía y Hacienda autonómica catalana durante la Segunda República y la Guerra Civil, 1931-1939.” Rafael Vallejo Pousada, Universidade de Vigo.
(dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3137729.pdf)

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